Llega a la cima más rápido y fresco con estos pequeños consejos para afrontar una subida en ciclismo.

¿Sabes esa sensación de que te queman las piernas a los pocos minutos de empezar una larga subida? No la deberíamos tener, pero ahí está. Es un aviso que lanzan nuestras piernas, que nos dicen que estamos quemando muy rápido nuestros cartuchos y que deberíamos tomarlo con más calma si queremos llegar a la cima sin desfallecer. Siempre podemos hacer caso omiso de este aviso, pero probablemente no nos escaparemos de sufrir los efectos del tío del mazo. El mayor error que cometemos los ciclistas es llegar a nuestra zona roja demasiado pronto. Entonces empezamos a producir más ácido láctico del que somos capaces de eliminar y, durante una subida, es muy difícil recuperar mientras se lucha contra la fuerza de la gravedad, a no ser que nos pongamos a paso de tortuga, cosa que no queremos. Aquí van unos consejos para hacer las subidas más rápido y divertidas.

Utiliza el cambio.
Suena obvio pero es más común de lo que nos pensamos. Muchos ciclistas abusan del desarrollo por una fugaz sensación de frescura. Esa sensación no es real y nos está dejando sin energía para el resto de la subida. Cuando usamos un gran desarrollo las piernas usan fibras de contracción rápida, que absorben la energía mucho más rápido, aceleran la creación de lactato y la fatiga aumenta con relativa rapidez. Encuentra la combinación que te permita rodar al menos a 70 rpm de cadencia.

Fortalece tu core.
Llegarás más rápido a la cima y con mejores sensaciones si escalas con algo más que con las piernas. Fortalecer el core, que es el área que engloba toda la región abdominal y parte baja de la espalda, nos permitirá aplicar más potencia sobre nuestros pedales a la vez que nos evitará dolores y molestias posturales derivadas de la práctica del ciclismo.

Permanece sentado.
Levantarse para estirar las piernas y aplicar un extra de potencia cuando la carretera se pone cuesta arriba es bueno. Pero también hace que nuestro corazón lata más rápido ya que entran en acción más músculos y usamos aproximadamente un 10% más de energía. Así que no es conveniente abusar de la posición.

Cambia de posición.
Busca la posición en el sillín que te permita subir más cómodo en función de la pendiente. Cuando sientas que las piernas te queman retrocede un poco tu postura y busca que entren en acción otros músculos como el glúteo. Eso hará que tus piernas sientan un pequeño alivio.

Habla.
Di algo. Si quieres subir dentro de tu umbral, que es el límite superior sostenible, prueba a decir algo. Si eres capaz de decir frases cortas sin entrecortar para respirar, es que estás dentro de la zona de confort. Enhorabuena, podrás continuar sin saludar al tío del mazo 😉

Entrena bien.
Tener una buena condición física ayuda (y mucho) a subir puertos sin tener que sufrir más de lo que nosotros decidamos. Busca tu entrenamiento ciclista y a disfrutar.